Lesión de rodilla
Salud

Todo lo que necesitas saber sobre la triste lesión de rodilla

Hoy en día existen dos tipos de lesiones de rodilla que son complejas, las cuales tendrán un diagnóstico que determinará el tratamiento a seguir para su sanación. En el caso de la lesión de rodilla conocida como triada, suele producirse en las personas que practican deportes como fútbol o baloncesto.

Una lesión muy complicada

La lesión triada de rodilla se da en los ligamentos de la rodilla, es decir, el cruzado anterior, colateral internos y meniscos. Suele afectar, por lo general, a hombres de 20 a 40 años que practican diversos deportes, como fútbol, esquí, baloncesto, rugby, entre otros, esto es debido a los diferentes traumatismos que aparecen a la hora de realizar este tipo de deportes.

La triple lesión aparece cuando se frena bruscamente con la pierna y se realiza un giro al instante, provocando que el pie se quede anclado en el suelo y la tibia sufra una torsión. Los deportistas que hayan sufrido de una lesión previa o que tengan los ligamentos de su rodilla delicados, tienen más probabilidades de sufrir este problema.

La articulación de la rodilla es de suma importancia en el cuerpo, ya que realiza movimientos que son muy importantes, como la flexión, extensión y rotación.

Existen dos clases de triadas. Por un lado está la externa, la cual no es tan común y aparece cuando se ve afectado el ligamento cruzado anterior, el lateral externo y el menisco externo; y por otro lado, está la triada triste, que ocurre cuando se ve afectado el menisco y el ligamento lateral interno, así como el cruzado anterior, siendo ésta, una lesión bastante común en comparación con la triada externa.

Los síntomas que suelen sufrir los deportistas que se ven más afectados por esta lesión son, primeramente, el sonido de “plop”, que es cuando los ligamentos se desgarran. Al ocurrir esto, la zona de la rodilla se inflama de forma rápida y causa un dolor insoportable.

La persona no puede realizar ningún tipo de movimiento, sin poder estirar o flexionar la rodilla, dado que la inflamación impide esto, además de que al intentarlo el dolor aumentará más, así que si la persona intenta caminar o levantarse, su rodilla cederá al instante.

Lesión de rodilla complicada

La lesión por carga se conoce también como “fenómeno de giving-way”. Comúnmente se sufre después de un derrame hemático, el cual puede aparecer en los días posteriores al accidente.

Una de las medidas a tomar en caso de que ocurra esta lesión, es que la rodilla debe colocarse en alto y poner sobre frío sobre la misma. La articulación debe ser inmovilizada de forma provisional y completamente extendida, y por nada del mundo se debe poner sobre ella ningún tipo de carga.

Diagnóstico de la lesión de rodilla

Aunque es fácil diagnosticar este tipo de lesión por medio de lo descrito anteriormente, sin embargo, es importante contar con un especialista, para así obtener un diagnóstico más preciso.

Cómo se realiza el diagnóstico

Para realizarlo, el ortopeda preguntará primero en que situación ocurrió la lesión, una vez obtenga una descripción de cómo sucedieron las cosas hasta la lesión, el médico podrá orientar para saber si es una triada o no.

Después realizará varias pruebas clínicas, donde el profesional evaluará la estabilidad de la rodilla, así como el movimiento interno y externo de la misma.

Las pruebas que hará, buscarán determinar las condiciones de las distintas áreas, ya sea en los ligamentos cruzados, meniscos o ligamento interno. Por medio de la radiografía se podrá comprobar la posición de las estructuras de los huesos implicadas, así como excluir la presencia de fracturas o arrancamientos óseos.

Por último, y con la resonancia magnética, se confirmará de forma más precisa la existencia de la lesión.

Tratamiento de la lesión de O’Donoghue

La lesión de O’Donoghue, conocida también como triada triste,suele ser tratada por medio de intervención quirúrgica, sin embargo, se debe tener en consideración el grado de estabilidad de la rodilla, la edad de la persona, las actividades que realiza, su tipo de vida, entre otros.

Los ligamentos laterales pueden cicatrizar de forma rápida, por lo que el tratamiento evita los procedimientos invasivos, pero los ligamentos cruzados no cicatrizan de la misma forma, por lo que se debe tener en cuenta el tipo de daño del menisco para saber el tipo de tratamiento a usar, ya sea conservador o quirúrgico.

En caso de que exista una rotura total, se procede a reconstruir el ligamento, usando, por lo general, tejido del propio paciente. El tejido se extrae del tendón rotuliano o de los isquiotibiales, para que así el organismo no lo rechace. Si no se pudiera realizar esto, la otra opción es usar un injerto sacado de un banco de tejidos.

Para esta clase de lesiones es preciso que su diagnóstico y tratamiento se hagan de inmediato, con la finalidad de prevenir más adelante complicaciones, como la artrosis de rodilla, por ejemplo.

Si se usa un tratamiento fisioterapéutico, el principal objetivo será proteger la plastia y recuperar completamente la funcionalidad de la rodilla.

Después, se procederá a reducir el edema, eliminar el dolor, conseguir recorrido articular y darle fortaleza a los músculos implicados en la rodilla, para así conseguir un mayor control neuromuscular y permitir que la persona, de una forma progresiva, pueda volver a practicar su deporte con normalidad.

Posteriormente a la operación, en la fase de recuperación, se deberán realizar evaluaciones y controles postoperatorios, así se conseguirá que la operación resulte más efectiva y la persona pueda ver resultados funcionales llegados los 6 meses.

El primer mes será de poco movimiento y actividades físicas; pasados estos días, podrá iniciar la rehabilitación, la cual puede durar al menos dos meses. Para volver a las actividades normales, tendrán que haber pasado entre unos tres a cuatro meses. No es aconsejable que los pacientes realicen actividades deportivas sin que se haya cumplido un año desde la cirugía.

También se tendrán que fortalecer los músculos de la rodilla, para así poder tener la fuerza necesaria con el fin de soportar los entrenamientos deportivos.

La lesión de la rodilla requerirá de un tratamiento inmediato y de la voluntad de la persona para conseguir una recuperación óptima, permitiéndole así, volver a practicar el deporte con el mayor rendimiento posible.

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