Qué lleva una cachimba
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Qué lleva una cachimba

En el universo de los fumadores se está formando una nueva galaxia cuyo brillo aumenta sin parar. En esta galaxia las estrellas tienen la enigmática silueta de una cachimba, y las nebulosas están formadas por humos y vapores de tabaco u otras hierbas.

Esta nueva formación galáctica aún no tiene nombre definido. Algunos astrónomos apuestan por llamarla La Galaxia de La Shisha, y otros se inclinan por el nombre de Galaxia de La Cachimba.

Sea cual sea el nombre definitivo, veamos qué tenemos que hacer para visitar esa galaxia desconocida y sobrevivir sin dificultad en ella. Para ello es indispensable conocer lo que en ella encontraremos y los peligros a los que nos enfrentaremos en este sitio.

El arma fundamental: la cachimba

La supervivencia de los fumadores en ese nuevo hábitat requiere adquirir algunos conocimientos previos. Y el primero de ellos es entender qué es, para qué sirve y cómo se usa una cachimba o shisha, un arma que resulta imprescindible:

Componentes de una shisha o cachimba

Una cachimba es una pipa muy sofisticada en la que los humos, antes de ser aspirados por el fumador, circulan a través del agua contenida en un depósito. Se compone de las siguientes partes:

  • Base o depósito: sirve para sostener el conjunto y para contener el agua. La base es ancha en la parte destinada al agua, y se va estrechando con la altura.
  • Cazoleta: es donde se colocan las sustancias que se van a fumar, el carbón vegetal y el hornillo de apoyo a la combustión, caso de que se utilice. La cazoleta está encajada sobre la parte superior del depósito o base, y dispone de un tubo vertical de salida de humos que se sumerge en el agua del depósito.
  • Manguera emboquillada: es el instrumento utilizado por el fumador para aspirar. En un extremo está la boquilla y el otro extremo está conectado a la parte del depósito libre de agua. Las shishas pueden ser monousuario (una sola manguera) o multiusuario (varias mangueras).
  • Accesorios: los más necesarios son las válvulas de regulación de paso de aire, las láminas de aluminio perforadas, unas pinzas para manejar el carbón vegetal y un hornillo. Los usuarios muy expertos pueden prescindir del hornillo y controlar manualmente la combustión del carbón. En cuanto a accesorios decorativos, la lista es infinita: baste decir que cualquier usuario puede conseguir, fácilmente, convertir una cachimba de serie en un objeto único y totalmente personalizado.

La melaza y el carbón vegetal

La melaza es una mezcla de tabaco o hierbas con ingredientes apelmazantes y humectantes, a fin de que se produzcan humos y vapores sin necesidad de quemarlas. Más adelante veremos al detalle qué tipos de melazas podemos encontrar en el mercado, así como el procedimiento para fabricarlas artesanalmente.

El carbón vegetal es el combustible que, al quemarse, nos permitirá calentar la melaza a una temperatura elevadísima, pero inferior a la de combustión. En una cachimba las melazas no se queman, solo se calientan.

Funcionamiento básico

Se coloca el carbón vegetal en la cazoleta y se enciende. Es conveniente ayudarse de un hornillo para controlar bien la combustión del carbón.

Sobre el carbón se pone una lámina de aluminio con perforaciones, y encima de ella se distribuye la melaza, al objeto de impedir que se queme.

Cuando el fumador aspira por su boquilla, los gases y humos procedentes de la cazoleta descienden por el tubo de salida y se sumergen en el agua. El enfriamiento súbito produce que humos y vapores se hagan muy densos. Cuando emergen de nuevo a la superficie libre de líquido son aspirados por el fumador.

Estas son las diferencias que los fumadores dicen percibir al utilizar por primera vez una cachimba:

  • La fumada es más fresca, ya que la temperatura de los gases y humos es menor.
  • La fumada es más intensa, porque los humos y vapores son densísimos.
  • El sabor es más agradable, ya que se eliminan los aromas y sabores a quemado producidos por la combustión del tabaco.
  • El humo producido por las cachimbas no tiene un aroma tan fuerte e invasivo como el del tabaco tradicional.

En resumen, existe coincidencia general en que la experiencia de la shisha es más placentera que la del tabaco convencional.

¿Qué se puede fumar en una cachimba?

La respuesta adecuada es que en una cachimba puede fumarse casi cualquier cosa que contenga componentes volátiles, siempre que consigamos elaborar una melaza cuyas cualidades favorezcan la producción de gases por calentamiento extremo.

Melazas comerciales a base de tabaco

En el mercado puedes encontrar melazas con todas las variedades de tabaco que puedas imaginar. A tu disposición están las más refinadas variedades de tabacos americanos, orientales y turcos. Incluso existen melazas que incluyen tabaco sin nicotina.

Puedes encontrar melazas que, además de tabaco, incluyen otros aromas o sabores añadidos, al objeto de enriquecer las propiedades aromáticas de la mezcla.

Melazas comerciales sin tabaco

Son melazas destinadas a quienes no desean exponerse al riesgo de la adicción a la nicotina.

Los sabores disponibles engloban un amplio abanico de aromas amargos, dulces, frutales o tabáquicos, a gusto del consumidor. Incluso hay melazas sin tabaco que recuerdan los sabores y aromas de ciertas bebidas muy conocidas.

Las melazas sin tabaco también son usadas por fumadores en proceso de deshabituación de la nicotina.

Melazas artesanales

Como es lógico, no encontrarás en el mercado melazas que contengan marihuana o cualquier otra sustancia prohibida.

Así que, si deseas usar tu cachimba para fumar hierba, no tendrás más remedio que fabricarte tu propia melaza. También puede ocurrir que quieras disponer de una melaza de tabaco que provoque más humos que las melazas comerciales.

Para fabricar una melaza artesana que funcione de verdad, necesitas estas tres cosas:

  • Tabaco u otras hierbas: constituyen la razón de ser de la melaza, ya que son las sustancias cuyos vapores y humos deseamos fumar. Para el tabaco puedes adquirir cualquier picadura de calidad en el estanco. Si utilizas otras hierbas, deberás secarlas y convertirlas en picadura.
  • Sustancias humectantes y apelmazantes: las más efectivas son las artificiales, como la glicerina y el propilenglicol, que aseguran una gran producción de vapores. Muchos elaboradores de melazas tradicionales usan como base de sus preparaciones la miel de abeja.
  • Tiempo y algo de paciencia: para orientarte, te aconsejamos que adquieras una buena melaza comercial e intentes conseguir una textura parecida, a fin de que la mezcla casera no resulte demasiado húmeda o demasiado seca. Haz varias melazas de prueba, y anota la proporción de ingredientes de cada una.

Después, te tocará comprobar la eficacia de las distintas mixturas y verificar con cuál de ellas consigues producir más humo y vapores. Utilizarás las que más te convenzan para aumentar o disminuir levemente la proporción de humectantes, hasta conseguir la melaza perfecta para tus gustos.

Sin embargo, puedes ahorrarte todos estos experimentos y fabricar tus propias melazas con recetas caseras cuya efectividad ya ha sido comprobada.

Para acceder a información en detalle de cómo fabricar distintos tipos de melazas caseras de máxima calidad, solo tienes que utilizar el buscador. En la red existen decenas de formulaciones para melazas de diversas hierbas, explicadas paso a paso.

Muchas de estas formulaciones no se limitan a la consabida lista de ingredientes e instrucciones, sino que están desarrolladas en detallados tutoriales con imágenes o vídeos.

Vapores de licor con alcohol o sin alcohol

Una modalidad muy utilizada para enfriar los humos consiste en sustituir el agua por licores altamente aromáticos. De esta forma, el fumador, además de las sustancias del tabaco, aspira los aromas de la bebida y parte de su contenido alcohólico, con lo que ello conlleva. Las bebidas más usadas son el brandy y el whisky.

También pueden usarse sucedáneos de licores sin alcohol, aunque los efectos son meramente aromáticos y de mucha menor potencia.

¿Se pueden calentar directamente tabaco u otras hierbas, sin utilizar melazas?

Sí, puede hacerse, pero no es recomendable. Tengamos en cuenta que el objeto de las melazas es dotar al tabaco o a las hierbas de un grado de humedad y una textura que favorezca la emisión de humos y vapores.

Al usar tabaco o hierbas secas, el calentamiento de las mismas producirá pocos gases, así que la eficacia de la cachimba disminuirá drásticamente, provocando que las fumadas sean poco consistentes.

Algunos consumidores lo que hacen es quemar directamente tabacos y hierbas. Este sistema sí funciona, pero se pierde la esencia de la fumada en cachimba, que es evitar los malos sabores y olores producidos cuando cualquier sustancia se quema.

Por lo tanto, en este último caso, la diferencia ante un puro o una pipa convencional se reduce a la temperatura de los humos, que será más fría, y a la densidad de los mismos, que será más alta. En resumen, se potenciarán los sabores y aromas desagradables del tabaco, y el contenido nicotínico por calada será mucho más alto.

¿Es sano fumar en cachimba?

Todos sabemos, de mano, que fumar tabaco convencional no es sano y además es adictivo. Las mismas afirmaciones son válidas para las melazas de tabaco de las cachimbas.

Ahora bien, hemos visto que en una cachimba no se producen humos ni gases de combustión. Eso hace que nos ahorramos de respirar, lo que significa que fumar en cachimba seguramente es un poquito menos perjudicial. Un poquito menos, no nos engañemos.

Además, existe la posibilidad de utilizar melazas sin tabaco y sin nicotina. Si así lo hacemos, también nos estamos ahorrando respirar nicotina, una sustancia muy nociva y altamente adictiva. Es decir, en este caso concreto, podría decirse que fumar en shisha es algo menos perjudicial y no es adictivo.

Por otra parte, si utilizamos la cachimba con melazas que contengan marihuana u otras sustancias estupefacientes, el debate de la salud no debe ni siquiera plantearse. La respuesta, en este caso, resulta más que evidente.

Como con el manejo de cualquier hábito que implique el uso de tabaco o sustancias psicoactivas, las únicas herramientas para preservar nuestra salud, dentro de lo posible, son la moderación y la prudencia.

La cachimba, ¿tendencia imparable o moda pasajera?

Esta es la pregunta del millón, ya que hay factores que apuntan hacia un lado y hacia el otro. Veamos unos y otros:

La crisis sanitaria que estamos sufriendo es el indicio que nos podría hacer pensar que la cachimba será una moda pasajera.

Porque el caso es que, antes de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias, el uso de cachimbas se producía normalmente en establecimientos de hostelería. Podría decirse que, más que de un consumo generalizado, se trataba de un acontecimiento o rito social, de una forma de distinguirse o de un sistema de confirmación de pertenencia a un grupo.

Ante el cierre de la hostelería y la prohibición de fumar en espacios públicos, muchos fumadores de cachimba optaron por adquirir sus propios dispositivos a fin de utilizarlos en casa. Las reuniones domiciliarias de amigos y conocidos, motivadas por la imposibilidad de verse en bares y restaurantes, hicieron el resto: un efecto dominó que ha provocado un espectacular aumento de las ventas de cachimbas.

Por lo tanto, podría ser que, una vez recuperada la normalidad social, las aguas vuelvan a su cauce y el ‘boom’ de la cachimba se quede en nada.

Sin embargo, hay otro factor nada desdeñable que inclina la balanza hacia la parte opuesta:

Existe un alto porcentaje de fumadores que, antes de la crisis del coronavirus, jamás había utilizado la cachimba para fumar tabaco.

La mayoría de estos fumadores noveles de shisha afirman que la experiencia les ha convencido, y que disfrutan más fumando tabaco en estos aparatos que con los cigarrillos, puros o pipas tradicionales. Estos nuevos fumadores de cachimba pueden ser un importante vector de propagación a otros fumadores que aún no la han probado.

Nuestra opinión particular, una vez valorados ambos factores, es que fumar en cachimba es una tendencia que va a continuar en aumento durante mucho tiempo.

La explosión de ventas de los últimos meses no durará mucho, pero el crecimiento, sin duda, será prolongado y sostenido. El dato que nos hace pensar que así será es que resulta difícil toparse con un fumador habitual al que la experiencia de la shisha le haya defraudado.

Por eso nos aventuramos a afirmar que, en poco tiempo, la cachimba formará parte del equipamiento habitual de muchos hogares en los que residen fumadores.

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