Viajar a Menorca sin aglomeraciones
Turismo

Viajar a Menorca alejados de aglomeraciones

En la era post pandemia, en la que el turismo se verá resentido y cambiará totalmente debido a las restricciones y los protocolos de distancia se hayan instaurado en la sociedad un destino turístico ideal son aquellos en los que podamos huir de las masificaciones y para eso, Menorca es un destino ideal.

Si queréis tener tranquilidad, disfrutar de la naturaleza y poder olvidarte del mundanal ruido, os contamos algunos de los mejores y más secretos lugares de esta maravillosa isla:

Cala Macarella

Dos de las mejores calas del mediterráneo. Arena blanca y agua cristalina y azul con toques verdes que te recordarán a las playas caribeñas de las películas. Enclavadas en un parque natural, hay que llegar andando a ellas por un agradable camino entre pinos que bordea un acantilado que nos permitirá tener unas vistas al mediterráneo inolvidables. Después de dejar nuestro coche en el parking de Cala Galdana, nos encaminaremos a través de un pequeño sendero perfectamente señalizado. A los 20 minutos de caminata llegaremos en primer lugar a Macarella, donde encontraremos el único chiringuito del lugar. Perfecto para poder descansar y refrescarnos.

Para llegar a Macarelleta tendremos dos opciones: o bien tomar el camino fácil del interior o por el contrario apostar por tener unas vistas espectaculares a través de un pequeño (pero empinado) camino que recorre la costa.

Binibeqer: El pueblo blanco del Mediterráneo

Un poco al sur de Mahón podemos encontrar un pequeño pueblo pesquero que ha conseguido mantenerse intacto y conservar su encanto gracias la construcción uniforme de todas sus casas en color blanco. Podemos perdernos por sus recónditos pasadizos y y refrescarnos por en las sombras de sus calles. Un paseo maravilloso para hacer fotos típicas y aprovechar para tomar algo en los pequeños bares de la zona.

Recorrer el Camí de Cavalls (o al menos una parte)

Una opción más original es tomar el histórico sendero que ya en el año 1330 el rey Jaume II instauró en la isla con el objetivo de defender con caballos el perímetro completo de la isla. Se trata de un camino público extraordinariamente bine conservado que nos permitirá realizar etapas cortas en kilómetros pero que dejarán un recuerdo imborrable en nuestra mente. Perfectas tanto para amantes del senderismo como para aquellos que simplemente quieran dar un largo paseo por la naturaleza, encontrando a su paso pequeños bosques de pino y playas intercaladas.

Excursiones y paseos en barco

La isla se encuentra llena de playas vírgenes. Podemos llegar a ellas en ocasiones andando pero en otras la única forma posible será en barco. Podemos reservar estas excursiones en barco o bien dirigirnos a los puntos de información que se encuentran en las principales poblaciones.

Estas excursiones se hacen en pequeñas embarcaciones que funcionan a modo de Taxi o bien en majestuosos barcos veleros. Llegar a las playas inaccesibles del norte de la isla para hacer snorkel o aprovechar las últimas horas de sol para disfrutar de un romántico paseo al anochecer cerca del faro de Punta Nati.

La isla, a pesar de su pequeño tamaño es una continua caja de sorpresas: Podemos optar algún día por dejar de lado la playa y visitar la Fortaleza de Marlborough o visitar el faro de Faváritx con un paisaje “lunar” muy diferente a lo que podemos disfrutar en otros lugares del archipiélago. En definitiva, un destino ideal en el que evitar masificaciones a principios o finales del verano.

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